30 de julio de 2009

Dudas, experiencias, ...

Cuando te asalta una situación difícil – problemas, dudas, disgustos -, solo has de pararte, pensar y encontrar opciones para salir de ahí, pero… ¿Qué hacer cuando se acumulan varios?

¿Cómo pararte a pensar?, ¿Cómo buscar salidas?, ¿Cómo definir las prioridades de solución o gravedad?, cuando te enfrentas a cosas así… el caos se convierte en una pesadilla, cuando te ves solo porque tu mente va a una velocidad y ves al resto del mundo marchar a otro ritmo, y mejor no añadir la variable de quienes te rodean, ¿Qué hacer o como hacerlo?

Estas situaciones no tienen nombre ni apellidos y en la mayoría de los casos pasa de puntillas por la vida de cualquiera, solo basta que aparezcan los problemas justos en un breve – brevísimo, en algunos casos- lapso de tiempo, incluso con un par de contratiempos basta para destrozar una mente tranquila hasta ese momento.

Muchos dirán que compartir lo que se piensa, se siente, pedir ayuda o apoyo, es ya poner una piedra para comenzar a solucionar las cosas, pero reconozcámoslo, eso es engañoso, este tipo de cosas no se entiende con facilidad y, seguramente, la persona o personas que podrían ayudarte son al tiempo parte del problema y ni siquiera lo saben o no quieren saberlo así que… ¿de verdad es factible?

Mas, ¿Cómo caminar?, no sé, la verdad, estas situaciones son tan variables e inestables que cualquier acción podría empeorar la situación y sumar otro dilema al asunto, e incluso podría agravar lo ya existente.

Ahora mismo solo con perder un trabajo y tener hipoteca – cosa que ahora mismo sufren cientos de miles de españoles- ya posees parte del coctel para empezar a preocuparte y si estas casado la presión sobre la pareja aumenta y si hay hijos - y el hecho de las vacaciones- pues, suma y sigue, ¿a cuánto aumenta la presión?, incalculable, esto es solo la repercusión de la pérdida del trabajo. Podemos complicar la cosa si la pareja arrastra problemas personales anteriores que se intentan solventar al mismo tiempo que intentas arreglar el resto de la ecuación, añade a todo esto la vida cotidiana que en otras circunstancias pasarían sin pena ni gloria o súmale la perdida de alguien o la falta de comunicación, sinceridad, confianza en uno mismo o en los demás… etc ¿Cuál es el límite de la capacidad humana?

La verdad es que hoy por hoy, con los problemas que atraviesa cualquier persona, lo extraño es que se sobreviva a tanta vicisitud, a todo esto que es personal podemos añadir preocupaciones ajenas como la gripe A, el terrorismo, la crisis, las noticias, que parecen empeñarse en ponernos delante lo peorcito de la especie humana en la pantallita de la tele a la hora de comer, mejor no hablar del vecinito/a que no para - tocando los cojones - de pedir sal o con la musiquita a todo volumen o gritando a las 11:00 de la noche, ¿añadimos más cosas o os las apañáis solitos para haceros una idea?

Pues eso… FELIZ VERANO, dejad atrás lo que no merezca la pena y a preocuparse por vivir que… son tres días.

4 comentarios:

lys dijo...

Pues mi abuela decía que había que rogar a Dios que no nos mandara todo lo que el cuerpo puede resistir por que el cuerpo aguanta mucho. Quizás la mente también, esperemos que así sea, por que problemas hay muchos.

Un beso, pienso seguir tu consejo, voy a cribar los problemas.

MFe dijo...

Efectivamente Rubén... que nuestra única preocupación sea VIVIR...

Un beso y buen finde!

Patri dijo...

Creo que la mente aguanta muchísimo más de lo que imaginamos, y cuando creemos que ya no podemos más, descubrimos que todavía tenemoa aguante...

No sé cuál es la solución, supongo que no desesperar, tener calma y fe en que se resuelvan los problemas.

Besotesssssssss

Marta Simonet dijo...

Hoy justo en mi escrito he llegado a la conclusión que la vida son un conjunto de un minuto y medio seguido de otro,¿entonces,el total suman tres días no?.Pues voy a darme prisa,que me quedan dos.


Besos Navegante.

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